Muchos perros hacen la muerte de un siervo



La sala Orestes Caviglia del Teatro Cervantes recibe la lujosa visita de cuatro mujeres "bien" que, bajo la dirección de Ciro Zorzoli, presentan "Tarascones", una ácida comedia que desborda las butacas.

Por Mariu Serrano

El living de una mansión plagada de lujuria kitsch es el campo de batalla de Tarascones, obra concebida por Gonzalo Demaria, que dice sobre la misma: “Haber encontrado cuatro bestias de actrices y un animal de director, es la coronación de mis deseos”. Esta conjugación entre la épica y el absurdo tiene la particularidad de estar escrita en verso, característica que bien podría haber sido un escollo más que un ayuda memoria, pero felizmente las cuatro actrices ablandaron el texto, nutriéndolo con gestualidad y las pausas justas.

Un puntapié fatal es el conflicto que presenta Estela (Eugenia Guerty), quien nos anticipa su desenlace aunque aclara que no es un “spoiler”. Acto seguido, deja solas a Martita (Alejandra Flechner) y Zulma (Paola Barrientos), en una mesa  abarrotada de canapés donde mostrarán lo afilado de sus hilachas. Mucho más tarde entrará Raquel (Susana Pampín), anfitriona delirante de dolor por la pérdida de Boule de Neige, desdichada víctima de un crimen atroz, que no es otra cosa que una excusa para desarrollar esta comedia.

Una mascota que se humaniza y una empleada que se cosifica: la trama de fondo es una mirada política sobre la otredad y la pertenencia, y ese delgado borde entre lo íntimo y lo público que se desbarata con una transición mágica. Afloran así una lesbiana, una cornuda, una borracha y una asesina, mirándose de refilón y acomodándose las pelucas mientras se atacan para defenderse. Con este quiebre se pone de manifiesto el entrenamiento corporal que hicieron junto a Juan Branca, y por supuesto el gran trabajo en cuanto a la construcción de los personajes.

Incluso cuando cae en lugares comunes como la envidia femenina y la ostentación de la clase alta, la belleza del discurso y la ferocidad de la crítica que desliza tiñen el conjunto de otros valores. El vestuario confeccionado por Magda Banach y la exquisita escenografía en tonos pastel de Cecilia Zuvialde son un complemento ideal que el cuarteto explota al máximo. Si bien la trama requiere de muy pocas acciones, las actrices se las ingenian para recorren todo el espacio, que es rodeado por un público dispuesto en 180 grados. Es decir, que cualquiera sea el lugar que le toque, no se perderá de nada sino que verá otro ángulo de la escena. Un espectáculo realmente imperdible, rutilante por su actualidad y al mismo tiempo perdurable en sus lecturas.

 

TEATRO NACIONAL CERVANTES

Libertad 815 (CABA)
http://www.teatrocervantes.gov.ar
Teléfono: 4816-4224
Entradas desde $ 75,00 - Jueves, Viernes y Sábados 21:30 hs, Domingos 21:00 hs
Hasta el 20/08/2016 

 

Ficha artístico técnica

Dirección: Ciro Zorzoli

Autoría: Gonzalo Demaria

Actúan: Paola Barrientos, Alejandra Flechner, Eugenia Guerty, Susana Pampín

Vestuario: Magda Banach

Escenografía: Cecilia Zuvialde

Iluminación: Eli Sirlin

Música: Marcelo Katz

Entrenamiento corporal: Juan Branca

Asistencia de dirección: Matías López Stordeur

Producción: Ana Riveros

Colaboración artística: Gabo Baigorria

Ceremonia – Circo Negro- por Teresa Gatto